Dokabú, un mágico lugar donde se construye la Paz

Pereira, 2 de octubre de 2015. Dokabú es un resguardo indígena perteneciente al municipio de Pueblo Rico, un lugar en donde las danzas, el arraigo y la calma pintan de esperanza la realidad de los Afro-descendientes, mestizos e indígenas Embera Katio y Embera Chamí que por su ubicación geográfica han experimentado de cerca las batallas a muerte de un conflicto armado de más de cincuenta años.
El paso de la guerrilla, los grupos paramilitares y otros cuantos bandos ha dejado heridas profundas en esta comunidad, heridas que empiezan a ser aliviadas a punta de lápices, cuentos, colores, bailes, música e historias en donde las quimeras se convierten en realidad, en resultados positivos y en nuevas oportunidades.
El Gobernador de Risaralda, Carlos Alberto Botero López hace parte de esta importante transformación social. “Hacer la paz desde los hogares y las comunidades” no es solo un discurso que se ha quedado en el papel, es un discurso que se ha trasladado hasta los lugares más recónditos del departamento, aquellos lugares en donde la paz es realmente el anhelo diario, en donde la violencia se había convertido en lo cotidiano y en donde las balas, los agravios y las AK47 hirieron a muerte al vecino, al amigo, al niño, al adulto mayor, a las mujeres y la esencia de las propias comunidades.
Reconociendo lo anterior, es que desde el Equipo de Promoción Social de la Dirección Operativa de Salud Pública – Secretaría de Salud de Risaralda se adelantan iniciativas con las comunidades indígenas y afro-descendientes del departamento.
Esta vez el turno fue para Dokabú, luego de cuatro horas de camino desde la ciudad de Pereira, lluvia en la madrugada y uno que otro imprevisto en la vía se llega hasta este maravilloso lugar en donde la naturaleza, la magia y la tradición se unen para develar una cultura ancestral.
“Desde el programa de “Grupos Étnicos” del equipo de Promoción Social lo que buscamos es empoderar a las comunidades sobre sus derechos en salud, brindar una asistencia técnica oportuna y lo más importante poder resaltar la herencia cultural de nuestras etnias y avanzar en la lucha de la equidad y la inclusión para las comunidades indígenas y afro del departamento” puntualiza Karen Yurgaky, sicóloga de la Secretaría de Salud Departamental.
La cita se cumplió en la Institución Educativa Intercultural Dokabú, un exclusivo lugar capaz de unir a la misma hora y con la misma intención a las tres etnias del departamento. Allí estaban cerca de 100 estudiantes entre Afro-descendientes, Indígenas y Mestizos listos para aprender, disfrutar y compartir.
La jornada inició con la socialización de Deberes y Derechos en Salud de estas comunidades, continuó con un cine foro para niños y niñas de primaria, después entre vueltas, sonrisas, saltos, música y movimientos profesionales y comunidad estudiantil compartieron de una sesión de actividad física y para finalizar las profesionales del equipo de Promoción Social realizaron Acuerdos de Paz en donde el respeto, el dialogo, los abrazos y el aprendizaje fueron los protagonistas.
“Creo que nos vamos más felices nosotros que ellos, fue una jornada maravillosa en donde uno puede sentir de verdad la gratitud de estas comunidades y conocer sus necesidades. Sabemos que tal vez sea muy poco lo que les dejamos pero ciertamente es con todo el profesionalismo, esperando que algo de lo enseñado se quede y perdure”, expresó Andrea Fernández, profesional en ciencias del deporte del equipo de Promoción Social.
Eran cerca de las dos de la tarde cuando la jornada finalizó, entendiendo que este continúa siendo el inicio del compromiso oportuno, incluyente y responsable que se le debe brindar a estas comunidades, no de manera voluntaria que se limite a los intereses de administraciones de turno, obligaciones contractuales o mínimos presupuestos, sino que se convierta en un compromiso permanente capaz de resaltar las cualidades de estas comunidades y de enmendar las dificultades que allí se viven.
Las lucidas sonrisas, los acuerdos de paz firmados, el aprendizaje dejado y la semilla plantada en cada uno de estos corazones debe seguir siendo abonada por cada una de las instituciones, personas y voluntades que tienen que ver con estas comunidades. Entonces, seríamos todos los que nos debemos a esta herencia humana y cultural.
Fecha de publicación 05/10/2015
Última modificación 27/07/2016